19-03-2009

El derecho a la vida y a la salud


Por Paulina Vidal Pollarolo,
Progénero, Universidad Academia de Humanismo Cristiano
Columna publicada el 05/09/2008
Diario La Nación

La interrupción del embarazo debido a razones de salud física y mental no sólo cuenta con argumentos jurídicos y éticos de peso, sino que concita, un amplio apoyo entre la ciudadanía.

Según el principio de autonomía, la mujer no puede ser percibida como un medio para dar vida a otro ser humano, sino como lo que es: una persona a la que se adscriben derechos fundamentales.

El nuestro es uno de los pocos países en el mundo que prohíbe en la actualidad el aborto, en cualquier circunstancia, incluso el aborto terapéutico, que fue legal entre 1931 y 1989. Entonces, el Gobierno militar, sin esperar la opinión de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología, derogó el artículo del Código Sanitario que lo permitía. En Chile se ha intentado imponer la idea de que no se justifica restituir el aborto terapéutico debido a que los avances de la medicina lo harían innecesario. Ante ese discurso, el Programa de Estudios de Género de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, en una investigación reciente, recoge evidencia y testimonios de que esto no es así.

Todos los días, en algún hospital chileno, el cuerpo médico se enfrenta a la disyuntiva de tener que optar entre la ética profesional, según la cual se debe dar prioridad a la salud y la vida de la mujer, o la legalidad vigente, la cual niega la posibilidad de realizar un aborto en toda circunstancia. En las clínicas privadas, en cambio, bajo el secreto de la relación médico-paciente, esta misma disyuntiva no existe, lo que hace manifiesta la inequidad social que existe en relación con el aborto. De hecho, son casos en que el aborto se justifica en virtud de razones de salud física:

1) Cuando implica mejoría en la salud de la mujer. Ocurre con el embarazo tubario, cuyas cifras van en aumento, o con el huevo roto infectado.

2) Cuando permite iniciar tratamiento médico. Ocurre si se descubre, por ejemplo, un cáncer en una mujer embarazada.

3) Cuando permite enfrentar problemas de salud incompatibles con el embarazo. Como las cardiopatías severas, una enfermedad renal severa o una insuficiencia respiratoria, entre otras.

Entre las circunstancias que ponen en riesgo la salud mental, se pueden mencionar el embarazo con malformación fetal severa, incompatible con la vida extrauterina, o el embarazo producto de una violación. En todos estos casos obligar a la mujer a continuar con un embarazo, cuando ella solicita interrumpirlo, viola los principios constitucionales básicos, como la garantía de la autonomía y el derecho a la igualdad ante la ley. Según el principio de autonomía, la mujer no puede ser percibida como un medio para dar vida a otro ser humano, sino como lo que es: una persona a la que se adscriben derechos fundamentales, entre ellos el derecho a la salud y a la vida.

Si desde el punto de vista penal, la vida del que está por nacer debe ser protegida, esta protección no puede significar colocar en riesgo la vida de una persona que como tal, es titular de derechos humanos. Ningún ser humano puede verse obligado, entonces, a arriesgar su vida si al mismo tiempo con esto está violando sus derechos básicos.

La interrupción del embarazo debido a razones de salud física y mental no sólo cuenta con argumentos jurídicos y éticos de peso, sino que concita, según las últimas encuestas, un amplio apoyo entre la ciudadanía. Esto hace posible la construcción de amplias alianzas entre los profesionales de la salud y del área legal, con el movimiento de mujeres, las organizaciones estudiantiles y miembros del Congreso.

Un tan amplio apoyo a la posibilidad de legislar sobre aborto terapéutico revela la sensibilidad que reina en nuestra sociedad respecto de proteger la vida humana, y la solidaridad por el sufrimiento, en este caso de muchas mujeres y su entorno afectivo. Pero, principalmente, pone en cuestión la posición de aquellos dirigentes políticos que, en uso de sus atribuciones y a nombre de sus convicciones doctrinarias, permiten con su oposición, silencio o indiferencia, que se sigan atropellando los derechos humanos de las mujeres, incluyendo el derecho a la vida y la salud.



Alejandra Flores Carlos
Iquique - Chile



16-03-2009

A CONSTRUIR LA VERDADERA ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA Y POPULAR


La crisis mundial del capitalismo ha llegado a Chile y está golpeando duramente a los trabajadores. Sólo en enero se produjeron más de 150 mil despidos. Pese a las cuentas alegres de la presidenta Bachelet y su ministro Velasco, la recesión ya está instalada en el país. Las exportaciones, componente crítico de nuestra economía (dada la apertura comercial impulsada por los gobiernos concertacionistas) cayeron un 41% en un año. El blindaje económico prometido es una farsa para millones de modestos compatriotas.

Ante esta situación, el Movimiento Generación 80 (G-80), estima que el principal deber político de las fuerzas de izquierda y progresistas es defender política y socialmente a los trabajadores y al pueblo de los efectos devastadores de la crisis capitalista, y avanzar en la construcción de una alternativa política de carácter democrático y popular, claramente diferenciada e independiente de las dos fracciones en el poder, la Alianza y la Concertación.

El Juntos Podemos nació a la vida política con ese predicamento. Compartiendo esa visión, G-80 se incorporó a este referente  para la campaña electoral del año 2005. Siempre hemos entendido que la unidad de la izquierda no es una consigna vacía, sino la expresión de la voluntad de levantar una alternativa  que confronte a los bloques que solo administran el modelo neoliberal instaurado.

Lamentablemente, a la vuelta de cuatro años, las principales fuerzas políticas del Juntos Podemos están abandonando esa perspectiva política y han resuelto unirse a la fracción supuestamente "progresista" del bloque en el poder para combatir juntos al sector más "reaccionario". El instrumento político de esta alianza sería un pacto parlamentario por inclusión con la Concertación y un compromiso de apoyo electoral en la eventual segunda vuelta presidencial a fines del 2009.

Esta alianza se justifica sosteniendo que romperá con la exclusión, basándose en la ilusión de que un par de diputados en el actual Parlamento binominal cambiará sustancialmente el cuadro político, sin embargo, creemos que con ello sólo se consigue dejar de lado la construcción de un referente político alternativo al neoliberalismo. Pronosticamos que de perseverar en esta línea el resultado será lesivo para los intereses populares.

Demostración de lo anterior es el hecho que de los cinco puntos negociados el 2005 por algunas fuerzas del JP con la entonces candidata presidencial, Michelle Bachelet para apoyarla en la segunda vuelta, ninguno fue cumplido. Extrañamente, hoy nadie reclama por ello.

El comportamiento político de estas fuerzas del JP en el último tiempo desmiente el mero carácter "instrumental" del pacto. En la práctica, han adoptado el discurso concertacionista contra la Alianza por Chile y su candidato presidencial, el especulador Sebastián Piñera. Con ello, están renunciando a denunciar el carácter neoliberal de la propia Concertación y sus gobiernos, y a hacer claridad política respecto del verdadero cogobierno que ha existido durante veinte años de eterna "transición".

Para esta campaña electoral, el Movimiento G-80 planteó al resto de las fuerzas del Juntos Podemos la necesidad de concordar un programa, un candidato y una lista parlamentaria que representaran claramente una alternativa frente al dúo polio Concertación – Alianza. Además, proponíamos dirimir los tres puntos anteriores consultando a las bases del pueblo allendista  que desencadenara un proceso de movilización y organización a nivel de todas las comunas del país. Al proceder así, obrábamos en el sentido de los postulados políticos que representaba el Juntos Podemos el año 2005.

La actual posición adoptada por el PC, el PH y la IC significa en los hechos la postergación de la idea de construcción de una alternativa, prefieren sumarse a la fracción "progresista" del bloque en el poder. De esa forma, el Juntos Podemos ha dejado de existir como alternativa política de izquierda. El timbre y el logo seguirán existiendo, pero sólo como meras fachadas, máscaras vacías de lo que una vez fue el intento de agrupar a los sectores consecuentemente democráticos.

Por cierto, no deja de ser curioso el hecho que esta decisión se tome entre cuatro paredes sin dar espacio a que el conjunto de fuerzas políticas y sociales que conformaron el  JP emitan su parecer. Las prácticas de definir cupularmente el rumbo de las fuerzas progresistas es un mal todavía muy arraigado en la dirigencia política.

Nosotros seguiremos adelante, buscando reconstruir la unidad de la izquierda, hoy destruida en la práctica. En ese sentido, celebramos los pronunciamientos de los precandidatos de izquierda Alejandro Navarro y Pamela Jiles que se han manifestado por aportar en esa dirección. Saludamos al Movimiento Amplio Social, MAS, por perseverar en la búsqueda de un proyecto de izquierda y rechazamos las críticas que le hacen partidos que, con su accionar, están renunciado a la construcción de una alternativa al modelo neoliberal implantado.

Bregaremos porque en un futuro próximo el conjunto de las fuerzas de izquierda vuelvan a ponerse de nuevo al servicio de los intereses del pueblo. Pero ello requiere previamente levantar una verdadera alternativa política de izquierda independiente, genuinamente democrática, popular y anticapitalista, que sea capaz de encabezar la construcción de una hegemonía alternativa a la hegemonía capitalista que impera en Chile.

Una alternativa política democrática y popular debe ponerse al servicio de los trabajadores y el pueblo, encabezando la lucha contra la crisis y sus efectos, sin andar cuidando la gobernabilidad de la administración concertacionista. Sólo la lucha popular más decidida, sólo la irrupción del pueblo en las calles permitirá abrir espacios políticos, como lo ha demostrado una y otra vez la historia de nuestra patria y la reciente experiencia de varios pueblos latinoamericanos hermanos.

Estamos convencidos que de la actitud con que la izquierda enfrente este año electoral, de profundo desprestigio de la clase gobernante y de grandes impactos sociales por la crisis del capitalismo en Chile, determinará el éxito del surgimiento de una alternativa de izquierda. Este debe ser un año de lucha de los trabajadores y el pueblo. El abordaje de la coyuntura electoral debe estar subordinado a esa tarea.

Como Movimiento G-80 apoyaremos una candidatura que esté dispuesta a expresar y alentar el descontento contra el modelo neoliberal y la lucha de los trabajadores contra los administradores civiles del modelo pinochetista. Buscaremos activamente construir convergencias políticas con quienes estén trabajando en esta misma perspectiva.


08-03-2009

Los orígenes y la celebración del Día Internacional de la Mujer, 1910-1945

CLARIFICACIÓN DEL MITO DEL 8 DE MARZO 
por ANA ISABEL ÁLVAREZ GONZÁLEZ 


El nacimiento del Día Internacional de la Mujer, contrariamente a lo que se creía en todos los foros, no radica en un acontecimiento aislado, sobre el que ni tan siquiera existía consenso entre la historiografía norteamericana y la española, sino que ha de encuadrarse en un contexto histórico e ideológico mucho más amplio. 

En la historiografía española la conmemoración del 8 de marzo se vincula, erróneamente, al incendio ocurrido el citado día del año 1908 en una fábrica textil de Nueva York, provocado por el propio empresario ante las obreras declaradas en huelga y encerradas en el inmueble. 

En la historiografía estadounidense se vincula, también erróneamente el origen del 8 de marzo a una manifestación de trabajadoras del sector textil en la ciudad de Nueva York que reivindicaban mejoras laborales. 

HISTORIOGRAFÍA ERRÓNEA "Día Internacional de la Mujer Trabajadora: Se considera una jornada de lucha feminista en todo el mundo en conmemoración del día 8 de marzo de 1908 en que las trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York llamada Cotton declararon una huelga en protestas por las condiciones insoportables de trabajo. El dueño no aceptó la huelga y las OBRERAS entonces ocuparon la fábrica. El dueño entonces cerró las puertas y prendió fuego muriendo abrasadas las 129 trabajadoras que había dentro (...)" Victoria Sau, Diccionario Ideológico Feminista (1981) 

HISTORIOGRAFÍA ERRÓNEA "(...) la historia de los sucesos que dieron lugar a la designación del 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. En aquel mismo día de 1908, las trabajadoras de la fábrica Cotton de Nueva York se declararon en huelga y ocuparon la factoría. El dueño decidió cerrar las puertas, incendiándose la fábrica y pereciendo las 129 mujeres que se encontraban en su interior" El País, 8 de marzo de 1977, p. 19 

HISTORIOGRAFÍA ERRÓNEA "El 8 de marzo, relataba a mis alumnos de Estudios de la Mujer la historia del Día Internacional de la Mujer. Es una historia que yo me había repetido varias veces y que, por tanto, conocía bien. Una manifestación espontánea organizada por las trabajadoras del sector textil de la ciudad de Nueva York, protestando por los bajos salarios, la jornada laboral de doce horas, y las crecientes cargas laborales, fue dispersada por la policía, de una forma bastante brutal. Muchas chicas fueron arrestadas; algunas fueron pisoteadas por la multitud. Cincuenta años más tarde, en el aniversario de esa manifestación, fue establecido en su memoria el Día Internacional de la Mujer" Temma Kaplan "On the Socialist Origins of International Women's Day" Feminist Studies 11, nº 1 (Spring 1985), 163 

Las referencias sobre el origen de la celebración del 8 de marzo que se basan en el incendio de la fábrica en Nueva York o en la manifestación de las trabajadoras son falsas debido a la manipulación de querer silenciar el verdadero origen de esta festividad. En relación al incendio, basta con mirar el calendario para hacer tambalear esta teoría. El 8 de marzo de 1908 era domingo, un día un tanto extraño para declararse en huelga sin perjudicar al empresario. 

Sí que hubo un incendio en la fábrica la "Triangle Shirtwaist Company" donde murieron muchas mujeres, la mayoría chicas inmigrantes entre los 17 y 24 años, pero no fue el 8 de marzo de 1908 sino el 25 de marzo de 1911, dos días anterior a la primera celebración del Día Internacional de la Mujer. 

En relación a la manifestación, aunque esta manifestación tuvo lugar, no fue ni el 8 de marzo de 1857, ni el 8 de marzo de 1908 como se suele referenciar. Fue el 27 de septiembre de 1909 cuando los/las empleado/as del textil hicieron una huelga de trece semanas (hasta el 15 de febrero de 1910) en demanda de mejoras laborales, pero este acontecimiento tampoco es el origen de la celebración del 8 de marzo. 

Las historiadoras Liliane Kandel y François Picq afirman que el mito que sitúa la manifestación en el año 1857 fue creado en 1955 para eliminar el carácter comunista que más tarde adquiriría el Día Internacional de la Mujer. 

Para desvelar los verdaderos orígenes de la celebración del 8 de marzo como "Día Internacional de la Mujer" y no "Día Internacional de la Mujer Trabajadora" nos hemos basado en la investigación realizada por: ANA ISABEL ÁLVAREZ GONZÁLEZ (1999) Los orígenes y la celebración del Día Internacional de la Mujer, 1910-1945. KRK-Ediciones: Oviedo.Ana Isabel Álvarez doctoranda del programa "Estudios de la Mujer" de la Universidad de Oviedo, realizó durante 1997-1999 una investigación sobre el origen del 8 de marzo consultando fuentes de primera mano en la Universidad de Harvard. Defendió su investigación en junio de 1999. 

La historiadora norteamericana Mari Jo Buhle en su obra "Women and American Socialism 1870-1920" estudió el incendio de la "Triangle Shirtwaist Company", suceso de gran transcendencia en la historia contemporánea de EEUU, pero no por dar origen al Día Internacional de la Mujer, sino por ocasionar la muerte de las obreras que el año anterior, en 1910 habían protagonizado la primera huelga llevada a cabo exclusivamente por mujeres en demanda de mejoras en su situación laboral. 

La decisión de convertir esta celebración en una festividad internacional corrió a cargo de Clara Zetkin (1857-1933), líder del movimiento alemán de mujeres socialistas. Pero la propuesta presentada por Clara Zetkin en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague los días 26 y 27 de agosto de 1910, para organizar la celebración de un Día Internacional de la Mujer no era del todo original. Tenía un antecedente en el que inspirarse, el Women's Day que las socialistas estadounidenses llevaban celebrando desde 1908, cuya finalidad era la reivindicación del derecho al voto para las mujeres. El Partido Socialista Americano designó el último domingo del mes de febrero, día 28 de 1909, como Woman's Day, para reivindicar el derecho de las mujeres al sufragio. Hasta el 1920 no fue aprobada la Decimonovena Enmienda de la Constitución Estadounidense por la que se otorgaba a las mujeres el derecho al sufragio. 

El Día Internacional de la Mujer, que tiene sus orígenes indiscutiblemente en el movimiento internacional de mujeres socialistas de finales del siglo XIX, tenía como finalidad exclusiva promover la lucha por el derecho al voto de la mujer, sin ningún tipo de restricción basada en el nivel de riqueza, propiedades o educación. 

La primera celebración del Día Internacional de la Mujer se produjo el 19 de marzo de 1911, y fue seguida en Austria, Alemania, Dinamarca y Suecia. 

En los primeros años, el Día Internacional de la Mujer se festejaba en fechas diferentes según los países. Pero en 1914, a propuesta de las alemanas, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez el 8 de marzo en Alemania, Suecia y Rusia. La única autora que se aventura a dar una explicación sobre la elección de esta fecha es Renée Côté, quien sólo apunta como posibilidad el hecho de que el mes de marzo estaba cargado de contenido revolucionario, pero sin dar ningún argumento sólido sobre por qué ese día en particular y no otro. 

También la Revolución Rusa de 1917 tuvo una gran influencia a todos los niveles en el Día Internacional de la Mujer. Aunque el 8 de marzo se llevaba celebrando en Rusia desde 1914, en el año 1917 las mujeres rusas se amotinaron ante la falta de alimentos, dando inicio al proceso revolucionario que acabaría en el mes de octubre de ese mismo año. Los acontecimientos del 8 de marzo de 1917 (23 de febrero en su calendario) son importantes, no sólo porque dieron origen a la revolución y porque fueron protagonizados por mujeres, sino porque, según todo parece apuntar, esos sucesos fueron los que hicieron que el Día Internacional de la Mujer se pasara al celebrar sin más cambios hasta la actualidad el 8 de Marzo. 

Naciones Unidas, con ocasión de la celebración en 1975 del Año Internacional de la Mujer, ofreció una versión de los hechos que habían conducido al nacimiento del Día Internacional de la Mujer. Según Ana Isabel Álvarez, es muy interesante resaltar que en ese breve informe se silencian de manera absoluta los sucesos vividos en Rusia en 1917 que precisamente fueron los que harían del 8 de marzo el día elegido para celebrar el Día Internacional de la Mujer: "El Día Internacional de la Mujer fue propuesto por primera vez por Clara Zetkin, una representante de la Conferencia de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague en 1910. 

La propuesta llegó al comienzo de un periodo de gran transformación social y política en el mundo. Europa estaba al borde de la I Guerra Mundial, los imperios coloniales de Asia y África estaban sufriendo las primeras conmociones de la revuelta nacionalista, y en Norteamérica el movimiento por el sufragio femenino estaba cuestionando algunas de las presunciones de las relaciones humanas. La llamada de Clara Zetkin a las mujeres para unir su lucha por la igualdad de derechos con la lucha por preservar la paz mundial topó con un corazón sensible. Cuando se celebró el primer Día Internacional de la Mujer en 1911, más de un millón de mujeres participó públicamente en él. Además del derecho a voto y a ocupar cargos públicos, demandaban el derecho a trabajar, a la enseñanza vocacional y el fin de la discriminación en el trabajo". Declarado por la Asamblea General de Naciones Unidas. 


Fuente de información: 
ANA ISABEL ÁLVAREZ GONZÁLEZ (1999) 
Los orígenes y la celebración del Día Internacional de la Mujer, 1910-1945. 
KRK-Ediciones: Oviedo.